Teoría celular
Como las células son muy pequeñas, no se supo de ellas
hasta la invención del microscopio, a mediados del siglo XVII (véase el
apartado “Investigación científica: En busca de la célula”, en las páginas
58-59). Pero ver las células fue apenas el primer paso para entender su
importancia. En 1838, el botánico alemán Matthias Schleiden concluyó que las
células y las sustancias que producen forman la estructura básica de las
plantas y que el crecimiento vegetal se da por agregación de células nuevas. En
1839, el biólogo alemán Theodor Schwann (amigo y colaborador de Schleiden) llegó
a conclusiones similares para las células animales. El trabajo de Schleiden y Schwann arrojó una
teoría unificada de las células como unidades fundamentales de la vida. En
1855, el médico alemán Rudolf Virchow completó la teoría celular al concluir
que todas las células provienen de células ya existentes. La teoría celular es
un concepto unificador en la biología y comprende tres principios:
• Todo organismo vivo está compuesto por una o más células.
• Los organismos vivos más pequeños son células únicas y
las células son las unidades funcionales de los organismos multicelulares.
• Todas las células proceden de otras células.
Todos
los seres vivos, de las bacterias microscópicas al cuerpo humano y las secuoyas
gigantescas, están compuestos por células. Si bien una bacteria consta de una
sola célula relativamente simple, el cuerpo humano tiene billones de células
complejas, especializadas en una enorme variedad de funciones. Para sobrevivir,
las células deben obtener energía y nutrimentos de su entorno, sintetizar
proteínas y otras moléculas necesarias para crecer y repararse, y eliminar los
desechos. Muchas células deben interactuar con otras. Para asegurar la
continuidad de la vida, las células también deben reproducirse. Estas
actividades se logran en partes especializadas de las células, como se verá más
adelante.

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